viernes, 19 de octubre de 2007

¡Musmu tiene una medalla!


Mis queridos lectores (si es que existís), se me han pasado otras dos semanas sin escribir nada y, al igual que el trabajo, mis aventuras se acumulan.
Esta última semana he conseguido arreglar una pequeña parte de mis asuntos pendientes en España (la que implicaba poner de acuerdo a más gente y una mayor creatividad administrativa) y sobrevivir a un group meeting de cuatro horas y media by me en el que todos los asistentes, después de decir lo mucho que estaban disfrutando con el espacio recíproco, huyeron cobardemente en cuanto D. dijo que aquello se estaba poniendo muy técnico y muy largo y que nadie estaba obligado a quedarse. Además tengo un mini-proyecto nuevo (¡otro más!) que espero que me permita sobrevivir un poquito más en este ecosistema académico.

Pero empecemos por el principio, es decir, el seis de Octubre, gran día en el que musmu ganó la que será su primera y probablemente su última medalla en una competición deportiva.
Ese jueves como habíamos llegado un poco tarde al club y ya llevaban un buen rato con el footwork, musmu, conocida por su natural vagancia, decidió tardar muuuucho en ponerse la chaqueta e incorporarse a la clase en cuanto empezasen a chocar los aceros. Como de costumbre, Tarfearauko tenía otros planes y le estropeó completamente su plan de pasar desapercibida. Este individuo sin corazón, como quería demostrarle a D. (que pasaba por allí a recoger a su primogénito) cómo funcionaba el material eléctrico y cómo se dirimen las disputas conyugales en España, sugirió un asalto a 15 tocados antes de la clase. Como el maestro estaba ocupando explicándole a la gente cómo destrozarse mejor las piernas y mirando para otro lado, me fui a preparar la máquina. Pero como estos rusos son muy traicioneros, y tienen ojos en la espalda, en cuanto empecé a conectar los cables me espetó: "you not professional!" "you have to go to class all the time, e-ve-ry day!" todo eso mientras Tarfearauko se hacía el sueco ajustándose el pasante en el otro extremo del local. Al final tiramos los quince tocados mientras acababan el footwork y apacigüé sus ánimos cuando nos incorporamos como buenos estudiantes al resto de la lección. Después de esto, cualquiera se atrevía el sábado a no ir a clase.
Así que el sábado madrugamos, me enfadé con Tarfearauko porque pretendía destrozarme mis planes después de haberse levantado demasiado tarde para que funcionasen, fui a mi primera clase de patinaje y llegamos al club a las doce y diez. Después de haber estado media hora intentando no romperme nada en el proceso de hacer un "outside edge three-turn" sobre el pie izquierdo (le tengo pánico a los outside edges, cuando todo lo que se interpone entre tú, el hielo y un gradiente positivo es aire), no eché de menos esos diez minutos de calentamiento.
Para resumir la situación: empecé con un 5-0, seguí con un 5-1 y aunque no volví a ganar ningún asalto más, me dejaron hacer algún que otro tocado y quedé en cuarta posición empatada con otros dos. Ahora es cuando tengo que decir que éramos sólo siete tiradores y que, al final decidieron quién se llevaba la cuarta posición en función de quién iba a ir por la tarde a la fiesta del club. Como no teníamos un mejor plan (la alternativa era quedarse en casa a trabajar), Tarfearauko (que quedó de tercero) y yo decidimos apuntarnos para así poder pasar a la posteridad. Así que nos fuimos a casa, sacamos una pizza del congelador (creo que se está estableciendo una asociación entre esgrima y pizza en mi vida que no augura nada bueno para mi línea) y musmu se puso a hacer empanadillas, otra vez sin receta, sin levadura pero con pimentón (alguna vez llegaré hacerlas bien).
Y acababan de salir las empanadillas del horno (bueno, tuve que ir a sacarlas que parecían estar felices allí dentro) cuando nos marchamos corriendo a disputar la final. Fue una tarde muy agradable, con Brian y con D. y F. que habían ido por allí también con los niños. Las mujeres hablamos de cosas de mujeres, los hombres de cosas de hombres, disputamos las semifinales y la final y nos dieron una medalla a cada uno.
Lo más gracioso es que la mía es de oro mientras que T. que quedó un puesto por delante de mí se tuvo que conformar con un bronce deslucido. ¡Pobrecillo! Bueno... realmente... fui la tiradora de espada que obtuvo un mejor resultado entre las mujeres ese día ¿no? El que fuese también la única que apareció en la competición es un dato menor.
Y como es tarde y necesito dormir, aparco mis historias hasta mañana.

Sed felices y disfrutad del fin de semana.

musmu

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi querida musmu: Te recuerdo que los que no tienen corazon son en verdad ,unos sentimentales llenos de ternura,
Tu te mereces esa y mas medallas, seguro que a tu lado nada es aburrido sigue deleitandonos con tus odiseas,